Charla sobre cine venezolano
Volvemos a hacer un paréntesis en la
temática del blog, para compartir con ustedes la experiencia ocurrida el pasado
jueves 21 de junio, cuando José Alirio Peña, locutor, Presidente del Festival
del Cine de la Diversidad, entre muchos otros aspectos que llenan su
curriculum, compartió una charla con nosotros, los estudiantes de Cine de 6to
semestre de la UCV para la materia “Cultura y Medios Masivos”, que imparte la
Profesora Luisa Torrealba.
La charla se basó principalmente en el documento
sobre la cinematografía venezolana 2000-2012, elaborado con la ayuda de la
investigadora Claritza Peña, para ser presentado en el marco de la Muestra del
Nuevo Cine Venezolano Casa América Cataluña. El documento hace un breve repaso
por las características más importantes del cine venezolano en el período
señalado. Al final de la charla se hicieron preguntas y se compartieron
opiniones. A partir de las conclusiones a las que se llegaron, se presentará lo
que muy personalmente opino del cine venezolano.
Aunque muchos no lo crean el cine
venezolano ha venido creciendo y mejorando en los últimos años, si bien aún tiene aspectos muy marcados como
lo son los temas de próceres, melodramas, vivencias rurales y urbanas,
históricos, entre otros; lo cierto es que en la actualidad se ha visto un
notable cambio y aumento de la producción
cinematográfica en Venezuela.
Como todo, tiene sus aspectos positivos y
negativos, si bien se ha aumentado la producción gracias al apoyo del Gobierno,
la verdad es que aún sigue teniendo cierto elitismo en cuanto a las
oportunidades que se ofrecen, privilegiando como ya se mencionó antes a los filmes
históricos, aunque éstos no siempre penetren masivamente en el público.
No obstante hay cineastas que se han atrevido a otro tipo
de relatos, ejemplo de esto es “La Hora Cero”, una de las películas más
taquilleras de Venezuela, si bien en ella hay delincuentes, son tratados de una
forma distinta a como se venía haciendo, (como en “Yo Soy un delincuente”,
“Huele pega”, “Sicario”, entre otras) primero fuera de la vida del barrio y
segundo, el delincuente como héroe y anti-héroe al mismo tiempo, que a pesar de
ser ladrón y asesino, quiere velar por el beneficio de la sociedad o mejor
dicho, los sectores menos favorecidos. Este filme cuenta con un guión muy
creativo, cargado de humor, acción, y toca diversos temas como el abuso de
poder, la censura en los medios televisivos, incluso la homosexualidad, entre
otros. Esta película es un claro ejemplo de que con un toque de creatividad, el
cine venezolano puede proponer cosas distintas y conectarse con el público.
“Cheila, una casa pa’ maita”, “Cortorinterruptus”,
entre muchos otros que ahora se me escapan, también forman parte de propuestas
que han hecho cineastas venezolanos, para salir del esquema preestablecido e
inclinarse por historias más cotidianas—que como resalta José Alirio, el cine
venezolano debería experimentar un poco más.
Cine diverso sexual, de bajo presupuesto,
cortometrajes…el cine venezolano está haciendo un gran esfuerzo por seguir
participando en festivales, lograr reconocimientos, y demostrar que en
Venezuela hay suficiente talento como para (siendo optimistas) algún día hacer grandes
aportes al cine mundial, aunque para eso debamos superar ciertas situaciones.
Primordialmente debemos crear una
industria cinematográfica, que nos asegure estabilidad e independice la
producción del Gobierno, favoreciendo a las exigencias de los espectadores.
También debemos fomentar y hacer más didáctica la enseñanza del cine en las
academias. De igual manera, dejar la arrogancia de los críticos de copa y sofá,
para poder hacer aún más rica la cultura del cine.
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